Ginoreflexiones VI: Tailandia

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De todos los países que hemos visitado y visitaremos en este viaje, Tailandia es el único que nunca fue colonizado por un imperio europeo (aunque perdió territorios para mantener su soberanía). Esto, entre otras cosas, hace que el pueblo tailandés tenga un enorme respeto hacia sus majestades reales:

MONARCAS

Bhumibol Adulyadej o Rama IX, es el actual rey de Tailandia y es el jefe de estado que más tiempo lleva en el poder (unos 70 años, al estilo de Jordi Hurtado), es por eso que El Grandioso sea un apodo razonable.

Estábamos caminando por el mercado nocturno de Krabi, atestado de locales, cuando todos ellos se levantan al unísono y miran con seriedad al infinito mientras una música estridente suena. Marian y yo aterrados, comenzamos a andar más rápido huyendo de lo que fuese que estuviese pasando. Finalmente recordamos que dos veces al día, todos los días suena el himno nacional en mercados, autobuses, trenes, espectáculos… todo el mundo tiene que ponerse en pie, guardar silencio y mostrar respeto a los monarcas.

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CURIOSIDADES

Tailandia, es un país lleno de tradiciones curiosas, muchas de ellas aplican al resto del Sudeste Asiático:

  • Las Ladyboys son los molones del colegio.
  • A los Tailandeses les gustaría ser más blancos y no encontrarás un producto cosmético en el que no ponga “blanqueante de piel”.
  • Es ilegal salir de casa sin ropa interior.
  • Hay que descalzarse antes de entrar en las casas.
  • No puedes levantarle la voz a un tailandés.
  • No puedes tocarle la cabeza a la gente.
  • Si eres mujer, no puedes tocar a los monjes ni sus pertenencias.
  • No puedes tirar papel higiénico por el retrete. Nadie habla de cuál es la alternativa, pero el siguiente cartel lo ilustra a la perfección:
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ALIMENTACIÓN

Comida a cualquier hora, en cualquier sitio y cualquier cosa

Da igual que sean las 6 de la mañana, siempre podrás encontrar una barbacoa callejera en casi cualquier pueblo tailandés. Para los tailandeses no existen horarios definidos para las comidas como tenemos en el mundo occidental, cuando tienen hambre, comen.
Para dar servicio a esta voraz característica tailandesa, además de los restaurantes y bares que conocemos, tiene otras diversas formas de comer:

  • Mercados callejeros: Pueden ser de mañana (abren a las 4am), diurnos (suelen durar todo el día) o nocturnos (nuestros preferidos, cuando se oculta el sol).
  • Puesto ambulante en cada esquina con mesas que ocupan toda la acera.
  • Bicicletas/Motos con cocina en el sidecar.
  • Y si no siempre tienes un 7Eleven en cada manzana (no es exageración) que abre las 24 horas.

Eso sí, cualquier comida va acompañada de arroz; “kin kao» quiere decir comer en tailandés, cuya traducción literal es «comer arroz».
Acompañando a ese arroz, además comen cualquier cosa: serpientes, murciélagos…

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BICHOS

Serpientes, lagartos, murciélagos, monos y tiburones. Todos los bichos que te atemorizan (o al menos a nosotros) están esperándote en Tailandia:

Serpientes

Koh Tao. Isla del Golfo de Tailandia.

Marian, instructora de buceo de Barcelona y Ginés.

Estábamos buscando una cabaña para pasar un mes de relax antes de volver a España y hacer algo con nuestras vidas. Conocimos a una instructora de buceo de Barcelona que nos dijo que en lo alto de la montaña había un bungalow muy barato. Después de 20 minutos de escalada llegamos a un chamizo, en el que comprobamos que había un hueco de medio metro entre las paredes y el techo. Me encaramo a la pared para comprobar si efectivamente pueden entrar bichos por ese hueco cuando Marian empieza a chillar. Me quedé a 20cm de agarrar sin darme cuenta una serpiente verde fosforito de 2 metros.
Decidimos seguir que ese no era nuestro bungalow.

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Lagartos

Lumbini Park. Bangkok.

Marian y Ginés.

Dando un bonito paseo por el parque Lumbini; niños jugando, abuelos paseando, gente durmiendo en el césped… De repente, un lagarto gigante de casi 2 metros de longitud cruza delante de nosotros y se dirige hacia unos niños tumbados en la hierba. Marian y yo nos quedamos entre petrificados y aliviados ya que los niños eran presa más fácil que nosotros.
Por suerte eran varanos; no comen niños.

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Murciélagos

River View Guesthouse, Bangkok.

Marian y Ginés.

Cena romántica al atardecer en una azotea con vistas al río Chao Phraya de Bangkok. Noto sombras que nos sobrevuelan. Le digo a Marian que si ha visto algo y me regaña diciendo “no me acojones que siempre estás con bromitas». Finalmente la bestia se deja ver. Varios murciélagos gigantes tailandeses (gran zorro volador o Pteropus vampyrus) estaban sobrevolando el edificio. Por suerte tampoco comen personas.

 

Koh Tao. Isla del Golfo de Tailandia.

Marian y Ginés.

Tras una hora de trekking por la selva buscando una playa escondida, nos paramos aterrados al comprobar una vaina enorme colgando de un árbol a escasos metros de nosotros. Por suerte tras el encuentro con los murciélagos gigantes de Bangkok nos habíamos informado de que no eran peligrosos. Aun así, no nos acercamos ni un centímetro.

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Tiburones

Koh Tao. Isla del Golfo de Tailandia.

Marian, Ginés, Cecilia y Alison (amigas italianas).

Decidimos hacer snorkel en Shark Bay, Bahia de Tiburones. Antes de meternos en el agua busqué información en Internet sobre el tipo de tiburones que había en la isla, estadísticas de ataques y mortalidad… Parece que todo estaba en orden, sólo ha habido un ataque no mortal en 100 años en la isla y fue a un pescador.
Nos sumergimos en las poco profundas aguas coralinas con la cámara de vídeo cutre sumergible que tenemos. Empieza a grabar. Todo el metraje es un giro constante miedoso en busca de una posible amenaza. Nada. De repente, el agua se enturbia, notamos movimiento por el rabillo del ojo. Todos los músculos en tensión. Ya viene. Gritos sordos debajo del agua. Es un banco de peces pequeños.
No volvemos al agua en toda la tarde.
Jamás compartiremos el vídeo más ridículo del mundo.

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Monos

Prachuap Khiri Khan, Golfo de Tailandia.

Marian, Ginés y cabrones que dan de comer a los monos.

Subimos a primera hora de la mañana a lo alto de una montaña para ver un templo budista. Madrugamos para evitar encontrarnos con muchos monos, ya que nos habían advertido que eran poco amistosos. Justo después de nosotros subía una pareja dando de comer a todo mono que se encontraban por delante. Conseguimos subir sin mucho problema y comenzamos la bajada esperando que los monos todavía durmiesen. Ni mucho menos. Estaban todos hiperactivos después del desayuno de los cabrones que dan de comer a los monos y claro, al vernos, pensaron que tocaba repetir desayuno. Llegó un punto que no podíamos bajar más y uno de los monos empezó a agarrar el pantalón bombacho de Marian a lo que retrocedimos para recomponernos. Imposible. Nos habían cerrado la huida y estábamos rodeados:

Babuinos a mi izquierda.
Babuinos a mi derecha.
La veloz locomotora abriéndose paso en un mar de inhumanos colmillos.
Un par se me acercaba por detrás y lancélos por los aires cuan dos pelotas peludas de fútbol.
Un tercero me gritaba «‘¡juuuiiiiiiiiuu juiiiiu!»
Entonces dije basta.

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Como siempre, Marian os ha contado, si no lo habéis visto ya, lo realmente interesante; el viaje por Tailandia:

O si se os pasó leer otras Ginoreflexiones:

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Showing 2 comments
  • Avatar
    Borja

    No veo el super murciélago tío. Es verde? 🙂

    • Gino Palazzo
      Gino Palazzo

      jajajja es tan jodidamente grande que cuesta verlo :P.
      Está en la mitad y a la derecha de la imagen, parece un capullo color marrón grisaceo, pero es un murciélago durmiendo.
      y sí, la calidad de la foto no es la mejor ;).

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