Ginoreflexiones VIII: Camboya

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Seguramente la gran decepción del viaje. Al igual que con Laos, no teníamos una idea hecha de lo que nos íbamos a encontrar en Camboya, pero a diferencia del país vecino, éste nos defraudó bastante.

Lo más destacado de nuestro viaje por Camboya ocurrió durante las primeras 12 horas en el país:

8:20 am – Cruce del puesto fronterizo de Laos.
Nos soplan 2$ por llegar fuera del “horario establecido” (que al parecer abarca todo el fin de semana). No pasa nada, nos estampan el sello de salida del país y nos vamos con una sonrisa.
8:35 am – Llegada al «puesto fronterizo» de Camboya
Nos llaman unos militares en un control y nos hacen rellenar unos papeles. Después de un cuestionario sobre nuestras enfermedades empezamos a sospechar que es un timo que leímos en algún lugar de internet sobre un control médico ficticio. Efectivamente. Nos piden 1$ a cada uno por un papel de mierda que no sirve para nada. Les decimos que no tenemos nada de dinero (mentira) ni Dólares, ni Rieles, ni Kips. Gracias a nuestra política de no perder los papeles y siempre sonreír nos dejan pasar con papel incluido.
8:45 am – Llegada al verdadero puesto fronterizo
Mientras hacemos más papeles, estos verdaderos, vemos 2 pichones chilenos, padre e hija, de los de chanclas, calcetines blancos hasta las rodillas, cámara de 1000$ y fajo de billetes asomando por el bolsillo de la camisa. Van directos al control médico ficticio. Marian les chilla que es un timo y que no hace falta que vayan. Estos agradecen el consejo con felicidad, sentimiento que no comparte el militar que cabreado viene corriendo gritándonos. Nos quita el papel de mierda que no sirve para nada que anteriormente nos había dado, nos manda una maldición y se va refunfuñando a la parada de autobuses donde en unas horas salía nuestro autobús.
8:55 am – Verdadero puesto fronterizo
Después del incidente con el militar y tras rellenar los papeles del control, el militar del puesto verdadero fronterizo nos pide 2$ a cada uno que desde luego, no estoy dispuesto a pagar.
Marian con buen criterio me indica que el otro militar maldecidor sigue gritando a lo lejos y que la podemos liar si no nos sellan el pasaporte. Accedo y le suelto 4$ que me duelen como si fuesen 500.
Eso sí, sin perder la sonrisa.
9:06 am – Camino a la parada de autobús fronteriza
Conocemos a un italiano cuyo único medio de transporte durante su viaje ha sido autoestop. Está un poco perdido porque iba a buscar un medio de transporte pero no le habían sellado el pasaporte. Le indicamos donde es y le decimos que quizás se pueda ahorrar los 2$. Nos dice que eso espera porque viaja sin dinero.
9:08 am – Llegando a la parada de autobús fronteriza
Volvemos a encontrarnos con el italiano que nos ha dicho que no le han pedido nada.
Pierdo la sonrisa.
Me doy la vuelta y entro en la caseta fronteriza por la puerta de atrás y le digo que me de mi dinero.
Tras hacerse el remolón vamos a su moto detrás de la caseta donde en el maletero tenía ya guardado el dinero.
Vuelve a hacerse el remolón e intenta darme solo 2$ hasta que al final, al igual que el otro militar, me manda una maldición y se va refunfuñando.
Días después nos enteramos que sí que tenían que cobrarnos los 2$/persona porque nosotros ya teníamos hecho el visado de Vientian y no era un visado «on arrival».
9:15 am – Cafetería de la parada de autobús de la parada de autobús fronteriza
Tomamos el peor café que se haya hecho en la historia de la humanidad esperando a que salga la minivan que ya habíamos reservado. Nos da tiempo a perder mis gafas de sol (por 3ª vez en el viaje) y que los pichones chilenos que Marian salvó de la estafa médica las encuentren y nos la devuelvan.
10:45 am – Parada de autobús fronteriza
Observamos como meten todas las maletas en la furgonetas menos las nuestras. Intentamos que también nos las metan pero nos dicen que no nos preocupemos (sonrisa va, sonrisa viene).
Empezamos a sospechar que algunos de los militares a los que hemos cabreado quieren jodernos…
11:30 am – Cercanías del autobús.
Decidimos que ya está bien la broma, cogemos las maletas y esquivando a los conductores las metemos en el maletero. Acto seguido nos sentamos en una de las furgonetas decididos a no salir de ahí hasta llegar a nuestro destino.
12:00 pm – Salida de la furgoneta, con nosotros dentro
Ginoreflexiones VIII: Camboya
1:30 pm – Bar de mala muerte de Stung Treng
Parada para comer en el pueblo infernal de Stung Treng y cambio de furgoneta.
3:00 pm – Para de autobuses de Stung Treng
Salimos en otra minivan en la que sospechosamente el aire acondicionado está estropeado.
Miramos por la ventana y sospechosamente las otras 10 furgonetas que van a otros destinos tienen a los pasajeros sudando a 45º también porque el aire acondicionado está estropeado.
3:30 pm – Camino de Siem Riep
Una canadiense a tope hippie se da cuenta que se ha dejado su iPhone de última generación en algún lugar del pueblo en el que paramos. Se lo decimos al conductor que no habla inglés el cual, después de hacer una llamada y ante sorpresa de toda la furgoneta, da la vuelta.
Nadie le quita la ilusión a la hippie canadiense pero todos sabemos que no va a volver a ver su teléfono.
4:20 pm – Parada de autobuses de Stung Treng
Después de dar mil vueltas y desde luego no volver por el camino que fuimos a la ida, volvemos de nuevo al pueblo de la comida para descubrir atónitos (o no) que el conductor no había dado la vuelta por el flamante iPhone de la canadiense:
La furgoneta no frenaba ni un poquito, de ahí el camino alternativo intentando evitar cualquier cuesta abajo.
Para sorpresa de la hippie, pero no del resto, su iPhone había desaparecido y llorar desconsoladamente e intentar localizarlo con otro iPhone no ayudó a recuperarlo.
6:00 pm – Parada de autobuses de Stung Treng
Con frenos nuevos y tras pegar un par de derrapes para comprobar su efectividad, salimos finalmente camino de Siem Riep.
7:00 pm – En mitad de la nada
El cielo se vuelve negro y una tormenta rodea la furgoneta. El único sitio donde no se ven relámpagos es por el espejo retrovisor, el resto es una nube infinita negra que incuba líneas de fuego que nos tiene entusiasmados a toda la furgoneta (menos a la canadiense).
Ya de noche, cada relámpago ilumina por completo el paisaje durante varios segundos a intervalos frecuentes. Los rayos iluminaban pero no daban color al paisaje, todo era en blanco y negro. Fue algo impresionante, difícil de describir con palabras y sin lugar a dudas hizo que el viaje a Camboya mereciese la pena únicamente por el espectáculo (bueno, y la puesta de sol de Sihanoukville que aparece en la foto del principio del artículo).
11:20 pm – Siem Riep
Llegamos destrozados a Siem Riep para dormir 4 horas e intentar ver el amanecer al día siguiente en Angkor Wat.
Ginoreflexiones VIII: Camboya

¿El resto del viaje por Camboya?

Calor insoportable, basura por cualquier esquina (playas incluidas) y  desafiantes y agresivos «WHERE YOU GOOOO?”, que terminaron por eclipsar a Angkor Wat.

Ginoreflexiones VIII: Camboya

Más guerra

Al igual que su vecino Laos tiene una terrible historia de guerra .
Una guerra civil con genocidio incluido perpetrado por Pol Pot y sus Khmer Rouge que haría sombra a los Nazis,
Por si a alguien le interesa profundizar :
Películas
Museos
Recursos
Ginoreflexiones VIII: Camboya

Como siempre, Marian os cuenta lo realmente interesante; el viaje por Camboya:

O si se os pasó leer otras Ginoreflexiones:

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Showing 2 comments
  • Avatar
    Borja

    Me sorprende que lo del tema fronterizo quedase ahí. Me esperaba algo tipo: «Nos encerraron en un cuarto oscuro durante 3 días sin agua ni comida»..
    Coñas a parte, esas situaciones me ponen muy nervioso. Sabes que te están timando en tu puta cara…
    Buen post 🙂

    • Gino Palazzo
      Gino Palazzo

      Jajajaaja. Borch, esa parte las autoridades de Camboya no nos dejan contarla….
      Pfff… en Camboya te intentaban timar, pero lo de Indonesia es otra liga ;)!
      Un abrazo!

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