Melaka
Nos hemos tomado Malasia con calma. Lo necesitábamos y tampoco queríamos visitar por visitar…No hay tiempo para ver cada lugar tan a fondo como nos gustaría así que en cada país nos hemos dejado lugares para volver en un futuro.
Aquí en Malasia por ejemplo, hemos saltado las Cameron Highlands, montaña, porque teníamos Sapa muy reciente y nos hemos desecho de toda la ropa de abrigo para viajar más ligeros de equipaje. Y en cuanto a islas, hemos elegido las Perhentian, porque también nos cansamos de playa si estamos muchos días….así dejamos para otro viaje Pulau Kapas y Pulau Tioman, aunque las Perhentian nos han encantado y no se si podríamos volver a Malasia y no volver a ellas…
Empezamos nuestro viaje viajando desde Singapur hasta Malacca o Melaka, una ciudad que nos ha cautivado, al suroeste del país. Es de las que nos gustan: ciudad pequeña o pueblo grande, como cada uno prefiera llamarlo, con ambiente bohemio, interés por el arte y la cultura (arte callejero), y un toque pintoresco. Los lugareños desbordan amabilidad, sonrisas y calma y la comida está deliciosa. Por todo ello también el fin de semana se llena de turistas locales, y ahora en verano de turistas internacionales, como nosotros. Aquí también conviven pacíficamente desde el año 1400 varias culturas y religiones. 5 días duraría nuestra visita a Melaka (primera ronda) y estuvimos tan a gusto que decidimos que tras visitar Penang y las islas, volveríamos para asentarnos más días y trabajar en algunos proyectos personales. Es en Melaka (segunda vuelta), donde estoy ahora escribiendo estos posts 🙂 a dos días de abandonar el país, no sin antes pasar por su capital, Kuala Lumpur, de la que os hablaré más adelante.
En Melaka hemos conocido a otros viajeros, con los que hemos compartido desde momentos culinarios en el mercado nocturno de Jonker Street, hasta clases de yoga; hemos entablado casi amistad con los empleados de nuestro hostel, con las personas que regentan algunos restaurantes porque nos hemos hecho clientes habituales, y hemos encontrado nuestro rinconcito (uno de ellos) en una cafetería que hay en un centro comercial, donde nos han tratado con tanto cariño que nos da muchísima pena pensar que lo más probable es que nunca volvamos a verles! Regentado por una pareja que tendrá aprox nuestra edad, y casi no hablan inglés pero nos hemos entendido a la perfección. Hemos pasado horas aquí, tomando un café (o dos) mientras trabajábamos, y a parte de consumir café en cantidades industriales y su especialidad, el yogur helado de mango, nos han invitado a infinitas cosas: pizza, tarta de oreo, y roti canai (aquí es un sándwich de pan de molde con mantequilla y Kaya untado que se sirve calentito). El Kaya es una especie de mantequilla de coco y huevo que engancha! Eso sí, sano sano…. no se si será.
Lugar 100% recomendable si paras en Malasia!